Calladitas NO nos vemos más bonitas

fotografía de Lili Castillo

El conocimiento es poder, y a raíz de los eventos sucedidos los pasados 8 y 9 de marzo, hemos decidido que hoy hablaremos de esta lucha en contra de la violencia de género y a favor de nuestros derechos como mujeres, como seres humanos; la situación de violencia de género que vivimos especialmente contra la mujer es una anormalidad que afecta el tejido social, y que desgraciadamente hoy día se ha normalizado en muchos sectores y extractos sociales derivado de nuestra cultura machista.

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Cómo empresaria mexicana, me siento moralmente obligada a compartir mi experiencia al haber asistido a la marcha del pasado 8 de marzo y haber formado parte del paro nacional que tuvo lugar ayer, 9 de marzo, en todo el país.

De entrada porque quiero clarificar que no es algo de una, o de 10 o de pocas; es una problemática que nos aqueja como sociedad sin distinguir nivel socioeconómico, profesión, creencias o preferencias de cualquier tipo. Además creo que muchas veces se piensa que las que asisten a estas marchas son mujeres “que no nos definen” “que no tienen nada mejor que hacer” “que no son profesionistas” “que les ha ido mal en la vida”, y así podría irme enlistando la falsa creencia de que las personas que marchan por una causa pertenece sólo a un grupo y son anti-sociedad o en este caso anti-hombres.

Hoy por hoy las mujeres representamos el 51.4% de la población en México (somos 68,637,130 millones de mujeres) y solo en la ciudad de México hay una relación de 90 hombres por cada 100 mujeres, curiosa relación cuando existe una cifra desgarradora de 10 feminicidios al día en promedio en nuestro país, entre ellas también niñas.

¿Será que alguien nos quiere emparejar? 

Y es que lo más aberrante es que la mitad de estos asesinatos a mujeres es a manos de sus parejas.

Según datos oficiales, en 2019 ocurrieron 1,812 feminicidios, a los que se suman 2,586 casos de abuso sexual y 1,895 de violación. Y estos son los que se saben, las cifras que están a la luz, pero ¿qué hay de todos aquellos no denunciados?

Y fue bajo este marco que después de mucha indecisión decidí levantar mi voz y acompañar en la lucha a mi propio género.

“Mujer, escucha, esta es tu lucha”

y

“Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”

Cantos a grito enardecido que exigían atención al problema que nos aqueja como sociedad

Esos fueron algunos de los cantos que el pasado 8 de marzo me reafirmaron que yo observaba desde mi cómoda trinchera las noticias desgarradoras del asesinato de Abril Sagahón, Ingrid Escamilla (a manos de su pareja) y Fátima, una niña de 7 años secuestrada para cumplir el papel de “novia joven”

Y es que fue esta última historia la que me recordó que yo misma me encontraba con miedo de contar mi propia historia, que mi voz había sido censurada para no entrar en mayor discusión o arriesgar mi integridad de alguna forma y la que me pidió a gritos levantarme con todas a gritar #Niunamás.

Las mujeres mexicanas estamos cansadas de la inseguridad, de la desigualdad, de la impunidad. Y como empresarias, nosotras respetamos y creemos en valores como la honestidad, la lealtad, la integridad. Es por ello que me siento con la responsabilidad de afirmarles, porque estuve ahí, que no fuimos 1, ni 10 ni 30 mil mujeres como diferentes medios de comunicación han hecho creer; que fueron las menos -ni 10 personas tal vez- las que hacían los desmanes y rompían ventanas, que somos las más las que exigiamos paz, acabar con la violencia y que nos garanticen seguridad.

En conciertos hechos en el zócalo capitalino de la Ciudad de México han registrado cifras de asistencia de 200 mil personas, y este domingo las mujeres inundábamos las calles aledañas del Zócalo pues ahí ya no cabía un alma, además de los mares morados de mujeres que seguían acercándose en sus contingentes a gritar por esta lucha desde el monumento a la Revolución, para ser escuchadas y nunca más calladas.

Haber asistido a la marcha fue apabullante, la energía de tantas mujeres enardecidas por la ola de violencia a nuestro género me hizo sentir poderosa, sin miedo a decir lo que pienso, sin temor a contar lo que me pasó. Y después de esa energía arrolladora, vivir el paro en mi casa, con mis hijas, y hablando del tema de la violencia de género realmente me llevó a la autoreflexión, concluí que todos somos parte del problema y al haber crecido en una sociedad machista todos en algún momento hemos repetido o creído alguna ideología sexista con la que fuimos formados

Como mujeres “privilegiadas”, es nuestro deber moral alzar la voz por las que no la tienen, ya sea porque fueron asesinadas, o han sido violentadas, humilladas, secuestradas o mantienen aplastadas por temor a que atenten contra sus hijos, o se queden sin trabajos o cualquier tipo de miedo que les puedan infundir. Es nuestro papel exigir leyes que nos protejan y, que nos proporcionen igualdad en el ámbito laboral; pero tampoco estamos exentas de violencia física o verbal, tampoco estamos libres de caminar por las calles solas o salir de noche, por lo que también debemos exigir que acabe la impunidad en nuestro país, que haya leyes mucho más determinantes que no prescriban, y sobre todo es nuestra misión de vida comenzar con un cambio real a nuestro alrededor, en nuestras familias, con nuestros amigos.

Es por ello que hoy les dejamos una lista de cosas que no debemos hacer ni tolerar en nuestros núcleos, pues tenemos la certeza que un cambio desde la raíz, logrará un impacto real a merced del momento en que el gobierno decida voltear a ver nuestra realidad y actuar a nuestro favor.

Más del 70% de los países carecen de una ley que condene todos los tipos de violencia contra las mujeres, a través del tiempo hombres y mujeres se han levantado para exigir igualdad y respeto. Hagamos historia y cambiemos la historia de las generaciones que nos preceden.

Si alguna vez necesitas ser escuchada, alguien que te crea o denunciar cualquier acto de violencia o desigualdad, en Be my bride somos tus aliadas.

Me encantará leerlas, y si tienen más frases para complementar la lista por favor compartanlas porque #juntassomosmás .

4 comments

  1. Paloma Vargas

    Gaby fue un verdadero honor haber sido participe de esta marcha que nos conectó no solo como género sino cómo seres humanos que buscamos justicia social, libertad, derechos y que creemos que las diferencias sólo son fisiológicas. Que construyamos hombro a hombro junto con los hombres porque no estamos en contra de ellos. Esto solo es el principio y sin duda el #8M y el #9M se marcó un precedente histórico para nuestro México y de TODOS depende seguir trabajando para lograr un balance, seguridad, equidad, paridad y sobre todo, respeto.

    1. Paloma, no había visto que no se había publicado mi respuesta. Fue un honor marchar con ustedes, nadie hubiera imaginado lo que venia después. México enfrenta grandes retos desde la violencia de género a ahora una crisis sanitaria y económica, sin precedentes. Mantengamonos fuertes y unidas

  2. Un honor haber sido un granito de arena y con la esperanza que las Mujeres Unidas hagamos un cambio para ser una mejor sociedad y país.

    Necesitamos cambios urgentes. La inseguridad y la falta de educación es notoria.

    Esta unidad que vivimos el #8M y #9M debe de continuar y trascender en nuestro.

    1. Efectivamente, necesitamos cambios urgentes, Monica. Hoy más que nunca necesitamos un país fuerte y que la voz de mujeres sea escuchada.

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